Atrapar la hoja
No dejarla caer.
Acariciarla de esquina
A esquina. Violarla.
Hacerla suya y de todos.
Dejarla gritar.
Besarla sin pausa ni prisa.
Admirar su desnudez
Pura, imperfecta, impecable.
Amarla una y otra vez.
Mirarla, tomarla de la mano
Llevarla sin que sepa
A la ciudad de ellos,
Los Poetas sin versos ni poemas.
Mariana Barreto.-
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